
Primera Ascensión: Philippe Brass et Yves Ghesquiers en Mayo 2003. P.Brass y Claude Lemainan completaron los ultimos largos para llegar a la cima de esta bella montaña en abril de 2006.
Material: Via equipada. Necesarias 12 cintas.
Poco que añadir a las palabras que ya indicaba Luichy en el croquis de 2006:
«Una vía magnífica, estética, vertical y sostenida sobre roca perfecta. Recorre el centro de un marcado pilar rojo, visible desde el pueblo e impresionante desde abajo.»
La vía está a la sombra hasta mediodía.

Aproximación: Desde el pueblo nos dirigimos hacia la garganta. Remontamos el cañon por su derecha, por la canal que se forma entre el Taoujdad (la cima que queremos ascender) y el Oujdad. Unos hitos nos indicarán cuando girar a la izquierda para remontar unas placas y situarnos a los pies de la vía.

Largo 1, III (35 metros): El primer lago se trata de una rampa inclinada y herbosa de III grado, que tras un pequeño destrepe nos depositará en la vertical de la vía.
Largo 2, 6a (30 metros): Preciosa placa que nos hará pensar y bailar un poco.

Largo 3, 6c (30 metros): Largo estrella de la vía. Placa de mover pies con un paso difícil al final. Espectacular.

Largo 4, 6b+ (25 metros): Salida intensa y después a disfrutar navegando por la roja caliza.

Largo 5, V+ (25 metros): Placa y diedro con canto, parece que en esta vía no hay largo malo.


Largo 6, IV (20 metros): Unos metros de transición (IV) nos depositan debajo del siguiente largo, una placa rojiza.
Largo 7, 6b (40 metros): Nos enfrentamos a un muro rojo y liso. Otro largo de pura placa. Moviemientos estéticos y bailar pies. Muy muy bueno.

Largo 8, IV (55 metros): Resaltes con buenísima roca, solo protegido por un bolt.

Largo 9, V+ (40 metros): Salimos por unos grandes bloques, giramos a la izquierda para escalar un pequeño desplome y después por unas placas hasta la cima.
Descenso: Desde la cima, siguiendo unos hitos, destrepamos hacia el lado contrario que el pueblo de Taghia (vertiente sureste) hasta encontrar un rapel que en 35 metros nos dejará en el suelo. Desde ahí avanzar hasta un gran arbol seco, y seguir los hitos para bajar por la gran raya blanca.

Una pena despedirse de un lugar tan mágico.
Un contraste muy grande con la ciudad de Marrakech, sin embargo, si buscas bien puedes encontrar pequeños rincones de paz en la gran Medina.
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